Alanis es una joven prostituta que deambula por los alrededores del Once porteño con un bebé a cuestas y una juventud de enorme peso y conflictivo pasado. Su constancia y valor para enfrentar la condición de mujer por la que lucha día a día en un entorno degradado, áspero, silenciado por los Medios hegemónicos, dan luminosidad a su existencia. Como millones de mujeres en todo el planeta, su trabajo consiste en vender su cuerpo al mejor postor. Intentando que sea en las condiciones menos riesgosas, el film nos la muestra a lo largo de unos pocos días de su vida. Un retrato que bucea en el documental para transformarlo en ficción y desde allí lograr el rebote hacía el espectador. Como un juego de espejos en el que la realizadora indaga sobre la condición humana en tiempos de post-verdad. Un sector de la sociedad que parece siempre vivir en los márgenes de todo pero que sin embargo son millones, silenciados por generar incomodidad al Poder de turno. El presente global demuestra que la prostitución lejos de acotarse, se mantiene activa y genera nuevos fenómenos que alcanzan variantes desde lugares antes menos protagonistas: las migraciones, por ejemplo. En «Alanis» no son las que se producen de un país a otro, sino desde el Interior argentino a la Capital. Movimientos permanentes siempre relacionados a un patrón común: la falta de oportunidades, conflictos familiares y socio-económicos que empujan a las personas a cambiar de destinos en busca de un mejor horizonte, o peor, simple fuga de un destino insoportable. La directora Anahi Berneri (1974) (autora de este y cuatro largometrajes de gran calidad: «Un año sin amor » (2005), «Encarnación» (20107), «Por tu culpa» (2010) y «Aire Libre» (2014) ) forma parte del activo núcleo de realizadoras argentinas que con enorme fuerza irrumpieron en los últimos veinte años: pasaron las décadas que anteceden a este periodo cuando hubo que esperar hasta 1960 para que una mujer firmara y filmara detrás de la cámara. La pionera Vlasta Lah, de quién solo se sabe la fecha de muerte, 1979, silenciando hasta su nacimiento, dirigió «Las Furias» y fue destrozada por la crítica del momento. María Herminia Avellaneda o María Luisa Bemberg fueron mas afortunadas, y la segunda de ellas se convirtió en la «primera mujer» visible entre los directores de cine nacional. Nuestro presente, y gracias a las políticas que el INCAA puso en práctica después de 2003, se nutre de un verdadero batallón de cineastas, que, «capitaneadas» por Lucrecia Martel (1966) desde su aparición con «La Ciénaga»(2001), integran nombres como Lorena Muñoz, Albertina Carri, Inés Braun o Ana Piterbarg y han dado a nuestra cinematografía un nuevo aliento. Renovando equipos técnicos con profesionales formados en centros educativos de cine (privados o públicos), buscando intérpretes desconocidos, o potenciando la figura de alguno mas famoso al que cambian de registro, descubriendo nuevas posibilidades. Este film obtuvo un resonante suceso en el Festival de Cine de San Sebastián, España,  donde consiguió dos de los mayores trofeos: a la Mejor Dirección y a la Mejor Actriz. Lo repitió en México y en la propia Argentina, donde la protagonista alcanzó el mayor reconocimiento en Cine argentino: el premio Cóndor a la mejor Actriz. Un cine que a pesar de todos los méritos no alcanza la visibilidad que merece al no cumplír con los «requisitos» de las grandes cadenas de distribución audiovisual que apuestan por un cine mas acomodaticio encaminado absolutamente al espectro mas comercial del mismo. Es entonces, la hora de encontrar espacio nuevos, reducidos, para hacer llegar estas nuevas miradas al público mas exigente.

«ALANIS» / Argentina, 2017/ Directora Anahi Berneri / Intérpretes Sofia Gala Castiglione, Dante Della Paolera, Dana Basso, Silvina Sabater, Estela Garella / Color / Hablada en castellano sin subtítulos / Duración 82 minutos.