Maud Lewis fue una pintora canadiense. Convertida en una de la figuras mas populares de su país a partir de los años sesenta cuando desde una revista y un programa de televisión su obra alcanzó mayor visibilidad. Nacida en 1903 padece desde niña una variante de la artritis que le condiciona el resto de su vida. Influenciada por la madre se acerca a la pintura y no parará de hacerlo. A los 38 años se casa con un pescador de la región y en la pequeña casa de ambos experimenta sobre paredes, vidrios y pequeñas superficies con su pincel, llenando el espacio de flores, animales y paisajes que la han acompañado desde su infancia. La brutalidad del hombre no le impide expresar sensibilidad por el trabajo de su esposa y la empuja a ofrecer sus tarjetas pintadas a compañeros de trabajo y vecinos del pueblo de Digby. Unos visitantes son los primeros compradores foráneos y a partir de aquello su trabajo será reconocido hasta traspasar la frontera del pequeño pueblo costero. En 1964 una revista de gran tirada publica un reportaje y al año siguiente un popular programa de televisión difunde su imagen a todo el país. Hasta la muerte en 1970, la producción es incesante, solo frenada por el avance de la enfermedad reumática que le dificulta cada vez mas el uso de su mano con el pincel. Pero Maud esconde secretos mas interesantes que su obra: su propia personalidad. La enfermedad se visibiliza y deforma el cuerpo: es renga y el caminar es dificultoso. Tanto como tener un pincel entre sus dedos y aplicarlo a la creación. Muertos sus padres, el único hermano se desentiende de ella y apropia de la casa heredada. Una tía se ocupa de cuidarla pero no evita despreciarla, lo mismo que los niños en la escuela y la gente en general. Pero la condena social por ser diferente no la amilana sino todo lo contrario: potencia su fuerza y enfrenta la realidad dentro de sus posibilidades. Hasta dar con Everett, huraño, tosco y pobre pescador al que conoce al respondiendo un anuncio en busca de mujer para la limpieza. Del choque entre ambos, ella saldrá victoriosa en su constante exigencia de ser reconocida como ser humano. La bondad es su arma mas efectiva y la aceptación de sus limitaciones la hace cada vez mas fuerte y emprendedora. La relación amorosa que les une hasta el final de su vida es atípica y llena de contradicciones: el sometimiento y la valentía no dejan de sucederse. La belleza interior es el arma esgrimida para domesticar a la bestia. Del dolor y el sufrimiento emerge la fuerza y la potencia. Sus tarjetas y pequeños cuadros pintados seducen a la gente y el reconocimiento le insufla vida.

La directora irlandesa Aisling Walsh (1958), experimentada en televisión y con escasos largometrajes para el cine, lleva a la pantalla la vida de esta deslumbrante mujer que se revela como modelo ante las adversidades y reflexiona sobre la creatividad artística como formidable armamento para enfrentar la realidad compleja. Interpretada por Sally Hawkins (1976), joven y brillante actriz Inglesa vista en «Blue Jazmine» de Woody Allen y protagonista de «La Forma del Agua» de Guillermo del Toro y Ethan Hawke (1970), actor que debutó a los 15 años bajo la tutela se Steven Spielberg y ha continuado hasta el presente dejando su presencia en «El club de los poetas muertos», «¡Viven!», «Antes del amanecer» (1995) y sus secuelas «Antes del atardecer» (2004) y «Antes de la medianoche» (2013), mas las intensas » Antes que el diablo sepas que has muerto» (2013) o «Boyhood» (2013).

«Maudie» nos acerca a seres humanos en permanente búsqueda de la superación a través de personajes poco habituales en el cine contemporáneo: los marginales que alcanzan alturas insospechadas y ponen en jaque la mediocridad de muchos de los que los rodean y juzgan. Un cine absolutamente necesario en el contexto actual, empecinado en ocultar los aspectos mas interesantes de las personas en pos de estériles entretenimientos que una y otra vez pretenden hacernos creer que solo una forma de realización es posible. «Maudie» y otras muchas películas nos recuerdan que esto es una falacia. También resta un espacio para los espectadores mas exigentes.

«MAUDIE» /2016 / Irlanda- Canadá / Directora Aisling Walsh / Intérpretes Ethan Hawke, Sally Hawkins, Kari Mitchell, Gabrielle Rose / Color / Hablada en inglés con subtítulos en castellano / Duración 1h 55 minutos.