Cuando en el festival de Cannes 2001 se presentó en concurso esta película, se convirtió en una de las más celebradas  y le abrió la posibilidad de ser estrenada en varios países, incluido el nuestro. En la década anterior el cine iraní había asomado tímidamente en este y otros festivales internacionales de Occidente y el nombre de Mohsen Makhmalbaf, nacido en la capital de Irán, Teherán en 1957, comenzó a ser tenido en cuenta por crítica y públicos cinéfilos. Debutando en 1983, llevaba realizadas varias películas antes de esta, entre ellas dos que destacaron en dichos espacios: «Bicycleran»(1989) y «Gabbeh» (1996). Después del suceso de «Kandahar» ha seguido filmando hasta el presente y algunas de esas obras volvieron a alcanzar difusión más allá del mundo musulmán y de lengua árabe: «The gardener» (2012), «The president» (2014) y su último estreno hasta hoy, en coproducción con Italia, «Marghe and her mother» (2019).

«Kandahar» está construida sobre una ficción que intercala imágenes propias del cine documental y demuestra la maestría del realizador a la hora de combinar dos estilos: Nafas es una joven exiliada de Afganistán que vive en Canadá e intenta regresar a su tierra natal ante por un pedido de su hermana. Ante las dificultades de entrar libremente al país dadas las circunstancias políticas del momento ( el triunfo de los talibanes tras la derrota del ejército soviético que desató violencias de todo tipo y fue depuesto por una intervención norteamericana en el mismo año de producción de la película para regresar al poder en 2019 y seguir hasta hoy) la mujer intenta una travesía desde la frontera con Irán. En ese viaje irá conociendo personajes de todo tipo y construyendo una mirada sobre sus propios orígenes. La distancia del exilio ha transformado a Nafas, quien deberá regresar a costumbres y mandatos por los que huyó. Los lazos familiares, sin embargo, le darán fuerzas para intentar la aventura. El cineasta se recrea en paisajes propios y donde las arenas del desierto expresan e indican todo un telón de fondo sobre el que se mueven sus criaturas: todas ricas en observación y detalles. La infancia y la ancianidad, las mujeres mayores y los hombres que las obligan a leyes ancestrales, la solidaridad y el delito, todo confluye en esta especie de road-movie musulmana. Una obra excelente que despierta el interés por una cinematografía tan desconocida como potente, que a pesar de las censuras que ha sufrido desde la Revolución islámica de los ayatolas de 1979, permite un lugar a los grandes creadores amantes del arte cinematográfico, mucho de los cuales pagan con cárcel sus atrevimientos artísticos. Un cine memorable, combativo y resistente que permite a propios y a extranjeros acercarnos a través de sus imágenes a una realidad tan candente como silenciada por los medios de comunicación de todo el planeta. Otro signo de estos tiempos.

La cinematografía iraní data del año 1900, y para ilustrar esos inicios me parece oportuno citar un escrito elemental de la web pero muy ilustrativo ya que plantea el cine como un lujo:

«Antes de la llegada del cine, las diversiones en Irán eran un lujo reservado al sector acomodado de la población.¹​El 8 de junio de 1900, con ocasión de un viaje a Europa, el sah de Irán Mozaffar al-Din Sah Kayar asiste a una proyección en un cinematógrafo en Francia. El soberano ordenó a su fotógrafo, Mirza Ebrahim Khan Akkas Bashi, que comprara una cámara Gaumont. La película filmada en Ostende, con motivo de un festival floral, es sin duda la primera película filmada por un realizador iraní.²​ Las primeras películas realizadas en Irán fueron encargadas por el soberano: los animales del zoológico, las procesiones de Moharram, las fiestas de la corte filmadas y proyectadas por Akkās Bāshi.³​La primera sala de proyección cinematográfica fue inaugurada en noviembre de 1904 por Mirza Ebrāhim Sahhāf-Bāshi. Este, quien había viajado al extranjero, proyectó cortas comedias y montajes de imágenes de actualidad. Mehdi Rusi Khān era un antiguo fotógrafo de la corte, se compró un proyector y quince películas a Pathé para organizar proyecciones en el harén real alrededor de 1907. Luego se abrió una sala con una capacidad para alrededor de 200 espectadores en el centro de Teherán. Todas las tardes se hacían  proyecciones de comedias francesas y de películas de actualidades…»

En las décadas de 1960 y 1970,se realizó un significativo avance en la cinematografía bajo la influencia del último sha, hasta su final en 1979. Los primeros años del nuevo régimen fueron muy complejos para la cinematografía, y como ya cité, a partir de los años 1990 con la aparición en Occidente de realizadores como Abbas Kiarostami (1940-2016), el país se ha ido consolidando como tierra de creación artística muy destacada dentro del mundo árabe. La visión de este clásico nos permitirá renovar o descubrir conocimientos sobre un cine alternativo tan necesario como talentoso.

«KANDAHAR» / Irán- Francia-2001 / Dirección Mohsen Makhmalbaf / Intérpretes Nelofer Pazira, Hassan Tanlai/ Color / Versión original con subtítulos en castellano / Duración 1h.25 minutos.