Biopic es el término inglés usado en todas (o casi) las lenguas para definir las películas que se inspiran en vidas de personajes famosos. Esta época vive un auge especial del género, potenciado por la posibilidad que las plataformas digitales ofrecen de realizar series sobre muchos de ellos: en Argentina las vidas, partes o interpretaciones ficcionales (o todo junto) sobre Monzón, Bonavena, Maradona, Sandro entre otros son ejemplo presente. También existió desde casi siempre en el cine y la televisión. Una de las expresiones recientes se enfoca en la relación que Elvis Presley (1935-1977) mantuvo con su única esposa. Y está producida e inspirada en la autobiografía de la propia Priscilla Beaulieu (1945).

La directora norteamericana (hija de Francis Ford Coppola) Sofía Coppola (1971) debutó en la dirección en 1999 con «Las vírgenes suicidas» que recibió un gran apoyo crítico y menos taquillero, donde el talento de la joven mujer quedó expresado en un control poco usual en un debutante. «Priscilla» es su octavo largometraje y fue estrenado meses atrás en un tiempo donde las películas para la pantalla grande gozan de una importancia de difusión mucho menor que la del cine hogareño. «Lost in Traslation» (2003) fue el segundo y consagratorio título y «Maria Antonieta» (2006) la ubicó en la primera línea de mujeres cineastas que alrededor del mundo han ganado visibilidad, uno de los grandes logros de la cinematografía de los últimos 25 años. También en Argentina se produjo el avance.

La trama recorre el tiempo que va desde que los personajes se conocen en Alemania a finales de los años cincuenta cuando ella es una adolescente de 13 años y él un soldado de 23 haciendo el servicio militar obligatorio siendo ya una figura consagrada del espectáculo hasta la separación de la pareja a principio de los años setenta y la cineasta sigue meticulosamente las particularidades de una joven en plena transformación a la vez que nos ofrece una mirada íntima, diferente, desconocida casi (para quienes no hemos leído el libro ni seguido los pormenores en la web) de la persona: la relación y reacción con los padres ante el suceso desafiante, la sexualidad, los caprichos de una estrella, el derroche de dinero y la construcción de un mundo privado e inaccesible de un hombre marcado por cuestiones psíquicas que marcarán el devenir de la relación. Coppola escapa de la mirada cómoda y complaciente y toma partido por la mirada de la mujer. La película también propone al espectador la reflexión sobre la verosimilitud de lo expuesto al tener a la propia protagonista como productora de la película y los límites de una cineasta ante el reto. El resultado es una pieza original, minimalista y personal que sigue la línea marcada por Coppola desde el inicio de su carrera, que ya alcanza este 2024 el cuarto de siglo, y el interrogante de la propia pervivencia del cine no ya como fenómeno de masas sino como lenguaje propio ante los desafíos del presente. Un mundo, como el de Priscilla, en continuo y vertiginoso cambio. La obra de arte como meta. Los propósitos y los resultados. El debate está abierto.

«PRISCILLA» / EE.UU.-2023 / Dirección Sofía Coppola / Intérpretes Cailee Spaeney, Jacob Elordi / Color / Versión original con subtitulado / Duración 1h.53 minutos.