Actriz nacida en las cercanías de Berna, Suiza en 1936. Tras dos breves apariciones en 1955 en films italianos, viaja a USA donde se convertirá en esposa del actor y director John Derek, quién la introduce en la Industria.

Un personaje muy breve (aparece en la última parte del film) la disparará a la Fama: emergiendo del Caribe en una escena ya mítica de «Dr.No» (El satánico Dr.No, 1962), film fundacional de una de las sagas mas longevas de la Historia del Cine: James Bond, agente secreto 007. Sus imágenes junto al protagonista Sean Connery forman ya parte de lo mas prestigioso de la década del 60: la belleza y el sexo eran ellos.

A partir de este estreno, se inicia un ciclo de diez años donde la figura deslumbrante de la rubia hace olvidar sus nulas dotes actorales. Realmente es una actriz imposible. Pero esta cualidad (o falta) no impide que protagonice obras de diferentes calidades entre las que destacan algunas buenas películas como «Aventuras Chinas en China» (1965, Philippe de Brocca), «El Crepúsculo de las Äguilas» (1966, Edward Dmytrick) o «Un Viernes Perfecto» (1970,Peter Hall), las tres mejores de su carrera.

Destaca en enormes y populares éxitos de los años 60, su edad de oro, ·»Fiesta en Acapulco» (1963, Richard Thorpe), una de las malas películas de Elvis Presley, «Cuatro por Texas» (1964, Robert Aldrich) junto a Frank Sinatra y la bella Anita Ekberg, también juguete roto de Hollywood, «¿Que pasa Pussycat?» (1965, Clive Donner), donde llega desde el cielo en paracaidas hasta el auto de Peter O`Toole para complicar el lío infernal de la residencia que habitan entre otros Peter Sellers, Woody Allen o Romy Schneider, «SHE, la diosa del fuego» (1965, Robert Day), producción Hammer Films sobre relatos mitológicos en los desiertos africanos, o «Casino Royale» (1966, John Huston, Robert Parrish y otros), el primer intento de satirizar a James Bond 007 (no logrado), donde el mismo era interpretado por actores como David Niven y otra vez junto a ella, Peter Sellers y Woody Allen.

Son todas películas rodadas entre Hollywood y Europa. En USA es dirigida en tres ocasiones por su marido John Derek, deficiente actor y pésimo realizador, quien sin embargo alcanzaría cierto renombre años mas tarde al dirigir a otra de sus esposas en una nueva aproximación (y lamentable) al mito de Tarzán.

En 1965 Ursula Andress regresa a Italia, donde había debutado diez años antes y protagoniza el primero de una larga serie de títulos en la que finalmente será su tierra de adopción: en «La Décima Victima», dirigida por Elio Petri y junto a Marcello Mastroianni, la rubia suiza se mete en una historia de ciencia-ficción donde será cazadora de seres humanos y donde su presencia infartante alcanza importantes cimas de cinefília. Luigi Zampa la dirige en «Cuatro esposas se divierten» junto a las no menos bellas Virna Lisi, Marisa Mell y Claudine Auger. Un film a recuperar en cuanto reunión de mujeres míticas de la década. Los años setenta los inicia al lado de Alain Delon, Charles Bronson y Toshiro Mifune en un tardío y lamentable spaguetti-western dirigido por su realizador de «Dr No», el británico Terence Young realmente inapropiado en este caso, cuando los nombres de sus cuatro protagonistas brillaban en lo alto del espectro comercial cinematográfico. Luego se inicia su etapa final y decadente como protagonista de una serie de películas de clase B (o hasta Z) que en algunos casos son defendidas hoy entre los amantes del llamado » Cine Bizarro». Títulos como «Africa Express» y su secuela » Safari Express», ambas de Duccio Tessari, » La Enfermera», » La Isla del Dios Canibal» y otros engendros similares llenan la lista de la bella Andress quien ocasionalmente es requerida para trabajos un poco mas elevados a la orden de realizadores como Luigi Zampa o Ken Annakin en «Camas Salvajes» o «El Quinto Mosquetero». En 1986 su nombre aparece por última vez en una producción de categoría, una miniserie para televisión sobre la vida de Pedro, el Grande, figura histórica de Rusia. Entre ese año y 2008, la actriz aparece brevemente en series de televisión y en algún film de escasa categoría, alguno de ellos sin haber llegado a estrenarse. Pero el nombre de Ursula Andress está para siempre escrito en la Historia del Cine en ese apartado nunca tomado en serio por sus historiadores pero siempre vivo en la memoria calenturienta de nosotros los espectadores masculinos (y muchas mujeres también) que cuentan por igual a la hora de ejercitar la Memoria. El Cine también son sus nombres menores, y si son bellezas deslumbrantes como la de la suiza, mejor. Ursula Andress forma (probablemente, o para mi) junto a Raquel Welch y Brigitte Bardot el trío erótico por excelencia de la época. Ninguna de ellas tuvo grandes dotes interpretativas pero llenaron pantallas de cine, tapas de revistas y programas de televisión como pocas.

Y alli siguen, mito mas, mito menos…

 

 

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