«COLETTE» / Reino Unido- Hungría- EE.UU.-2018 / Dirección Wash Westmoreland / Intérpretes Keira Knightley, Fiona Shaw, Dominic West / Color / Versión original con subtítulos / Duración 1h.50 minutos.

Sidonie Colette nació en 1873 y murió en 1954 en Francia. La historia de la Literatura la conoce simplemente como Colette.Casada en la adolescencia con un hombre mayor que le brinda la oportunidad de abandonar su hogar de pobreza y multiple familia para descubrir el Paris de finales del Siglo XIX, la mujer fue novelista, periodista, guionista pero también actriz de variedades, music-hall y revistas de la capital gala. Divorciada de aquel hombre que la introdujo en el medio artístico y el de la alta sociedad, tendría además de otros matrimonios, una gran cantidad de amantes. Su condición bisexual la acercó a mujeres con las que mantuvo apasionadas relaciones. Publicó decenas de escritos entre cuentos, relatos, artículos y novelas. La consagración definitiva llegó de la mano de su obra publicada en los años veinte: «Cheri». En 1944 sería la hora de su creación más popular: «Gigi», que fue prontamente adaptada al teatro y en los cincuenta base de una de las grandes comedias de la época, de igual título y encarnada por la bella Leslie Caron bajo la dirección de Vincente Minelli, ya clásico del cine.

La película que narra parte de toda esta larga trayectoria se concentra en su vida ya consagrada y es relatada en base a recuerdos desde su presente. Colette funciona como una precursora del feminismo que por aquellos tiempos era ya visible en diferentes ciudades capitales de Occidente, desde donde irradiaba luz hacia todos los puntos cardinales. Con un gran cuidado en la reconstrucción histórica de un tiempo de entreguerras, la temática permite al director recuperar el nombre de una figura olvidada en este presente cuasi amnésico y fundamentalmente ignorante y al parecer, retrógrado. Donde la modernidad de personajes como el señalado no hace más que interrogarnos sobre nuestra actualidad que parece marchar en dirección contraria a los avances espectaculares, logros obtenidos tras enormes luchas y sufrimientos de seres humanos que intentaron romper las sogas de ancestrales mandatos. A un siglo de lo narrado en esta película, demasiadas cuestiones siguen en entredicho para inmensas mayorías de la civilización; por ejemplo el ejercicio de la sexualidad en sus diferentes prácticas adultas: los mismos recelos que Colette genera en su entorno, la misma hipocresía, hoy continúa escandalizando a millones que no mueven un pelo, por ejemplo, por otras cuestiones que si son realmente escandalosas como el hambre, la miseria, etc, etc, etc. Una sociedad que no escapa de sus hipocresías y a quien el arte y el cine en particular sigue provocando. Que continúe la función.