«AMBICIONES QUE MATAN» / A PLACE IN THE SUN / EE.UU.-1951 / Director George Stevens / Intérpretes Montgomery Clift, Elizabeth Taylor, Shelley Winters / Blanco y negro / Versión original con subtítulos / Duración 2hs.

A principios de los años cincuenta, el cine de Hollywood respiraba nuevos aires, al menos para un conjunto de cineastas y productores. Las consecuencias de la segunda guerra mundial así como los nuevos cines europeos con el neorrealismo italiano a la cabeza, señalaban que la hora de los cambios había llegado. Y esta obra, considerada como una de las grandes de la historia del cine, se convirtió en suceso masivo dentro y fuera de las fronteras USA. Adaptando la obra de uno de los mayores escritores del periodo 1900-1945, el enorme Theodore Dreiser (1891-1945) publicada en 1926, «Una tragedia americana», el cineasta George Stevens filmó otra de sus obras maestras. Como el autor, el director sentía una enorme sensibilidad por los pobres y ambos conocían por vivencias propias aquella realidad. Del dolor ambos extrajeron arte para sus realizaciones y dieron lugar dentro de la cultura norteamericana al ideario socialista muy instalado en su tiempo como alternativa al capitalismo imperante. También ambos sufrieron las iras y los castigos del poder al que criticaban. Algo que define a los verdaderos artistas.

En su adaptación al cine, los nombres y alguna situación son cambiados pero la esencia  respetada: George Eastman es un joven con poco más de veinte años. Criado en la miseria, ambiciona todo lo que tienen los ricos. Su matrimonio con Alice Tripp, de quien se avergüenza por su sencillez y humildad, le llena de frustración. Decide acercarse a un familiar de gran poderío y prestigio social. Este le atenderá ante la mirada atónita de su núcleo familiar que nada quiere saber con parentelas pobres. Detrás de las humillaciones persiste la ambición de este hombre que no es malo sino producto de las fuerzas ciegas y fatalistas que determinan el mundo y el de su clase en particular. El descubrimiento de Angela, la hija del magnate, dará lugar a un nuevo proyecto donde su joven esposa simplemente sobra. El asesinato, las consecuencias, definirán el destino de George. La película persigue y logra algunas de las propuestas del escritor original de este clásico: un retrato social realista que procura denunciar un mundo injusto, plagado de desigualdades, que eran la otra cara del famoso «sueño americano» de progreso, triunfo y ascenso social. Una mentira que el paso de un siglo no ha logrado acallar, de ahí la enorme vigencia de esta obra mayor del cine.

Los protagonistas definieron una nueva forma tanto de interpretación como de estrellato inspirados en los cambios del contexto que bullía en aquellos años: Montgomery Clift (1920-1966) fue el actor que impuso una nueva forma de actuar a partir de su formación en el famoso Actor’s Studio, del que luego saldrían los otros tres famosos nombres: Brando, Dean y Newman, el cuarteto fundamental de los nuevos intérpretes que cambiaron los estilos dominantes. Un accidente que le desfiguró el rostro marcó el inicio de su decadencia hasta su temprana muerte a los 46 años. Dentro de sus 17 películas destacan clásicos como «Río Rojo», «La Heredera», «De aquí a la Eternidad», «Juicio en Nuremberg» y «Los Inadaptados». Elizabeth Taylor (1932-2011) ,una de las mujeres con rostro más bello de la historia del cine debutó siendo niña y tuvo una larga carrera de décadas siendo su tiempo dorado el iniciado con esta película hasta la culminación en 1966 con «¿Quien le teme a Virginia Woolf?» por la que ganó su segundo Oscar. Amiga íntima de Clift, filmaron juntos dos películas más. La actriz defendió siempre la homosexualidad atacada de su amigo y le acompañó hasta el final, cuando intentó filmar una última película que la temprana muerte impidió. Taylor es de las pocas figuras realmente legendarias de la cultura contemporánea desde su lugar en el cine y la influencia que ejerció sobre medios de comunicación y públicos. Shelley Winters (1920-2006) filmó más de un centenar de películas (muchas en Europa durante la última etapa de su carrera), actriz de extraordinaria capacidad, sufrió un cambio físico a temprana edad que definió su carrera, pasando de protagonizar a convertirse en una de las más solicitadas actrices de reparto, categoría que le brindó múltiples premios, entre ellos dos Oscar. Y el cineasta George Stevens (1904-1975) filmó entre 1930 y 1969, destacando clásicos como «Gunga Gin» (1939), «Shane» (1953) y «Gigante» (1956). Uno de los grandes y olvidados nombres del mejor cine norteamericano.