«GLORIA MUNDI» / idem / Francia-2019 /Dirección Robert Guédiguian /Intérpretes Ariane Ascaride, Jean Pierre Darroussin, Gerard Meylan, Lola Naymark, Anais Demoustier / Color / Versión original con subtítulos en castellano / Duración 1h.46 minutos / Sinopsis: en la Marsella actual se desarrolla la historia de un grupo familiar: Sylvie y Richard, pasados los sesenta años, se enfrentan al día a día propios y también al de las dos hijas de ella, hermanas tan diferentes como competitivas. Una  acaba de ser madre primeriza y este acontecimiento parece desatar una tormenta de afectos y secretos ocultos entre todos los integrantes del núcleo familiar, incluido el primer marido de Sylvie, quien recién salido de prisión regresa a la ciudad para conocer a su nieto. El cineasta francés, uno de los mayores de las últimas décadas, realiza un nuevo ejercicio dentro de su modélica obra sobre la clase trabajadora de la sociedad francesa contemporánea..

Robert Guédiguian nació en Marsella en 1953, activo en la realización, producción y guionado de toda su obra desde 1981, se consagró ante la crítica y el público francés ( y posteriormente europeo) en 1997 con el estreno de «Marius y Jeannette». Su obra cuenta con dos particularidades: la mayoría está filmada y ubicada en su ciudad natal y sus intérpretes Ascaride (1954), Darroussin (1953) y Meylan (1952) han colaborado desde el inicio, convirtiendo casi todas sus películas en un relato contemporáneo de su tierra natal así como el propio transcurrir del tiempo sobre el cuerpo y rostro de sus actores. Una tercera sería que la acción de todas ellas tiene como protagonista a la clase trabajadora del sur de Francia. Un caso prácticamente inédito en la cinematografía mundial.

El título de esta película toma dos palabras de la locución latina tópica «gloria mundi sic transit» cuya traducción literal sería «así pasa la gloria del mundo», que además de su empleo en la liturgia cristiana también se utiliza para expresar lo efímero de los triunfos así como para recordar que «toda vida humana tiene fecha de caducidad». De ahí su mención duradera en literatura y ciertas citas o lugares comunes en general. El cineasta se siente seducido en titular un film de esta manera y quedará en el espectador encontrar su significado una vez finalizada la película. En todo caso, vuelve otra vez a su temática preferida, casi excluyente en toda su trayectoria: el retrato humanista de una serie de personajes para quienes la vida no ha sido sencilla y donde el trabajo pocas veces bien remunerado es motivo que atraviesa la narración. Una mirada diferente sobre el ideal de confort europeo, alejado del mero  entretenimiento y más cercano al cine realista, social y testimonial de un amplio sector de la cinematografía gala desde el inicio de la cinematografía. Un cineasta que forma un selecto grupo de directores que han construido su obra cinematográfica en los últimos treinta años y mantienen viva la llama del mejor cine comprometido con la vida, mucho más allá del mero entretenimiento.