Delfina es una señora mayor de discreto pasar económico que tiene dos hermanos: Luis, un prestigioso médico que vive semi-retirado en la dudosa confortabilidad de un country en los alrededores de Buenos Aires. y Juan, que llega del interior porque ha desarrollado una extraña enfermedad y su hermana quiere acompañarlo al médico. Pero esta dolencia es puesta en duda por el otro hermano y el conflicto entre todos está servido. Los personajes son pinturas de diferentes estratos de la compleja clase media argentina, todo un fenómeno a nivel latinoamericano que nos ha diferenciado como país de la mayoría de nuestros vecinos. La cultura en general y el cine en particular siempre han guardado un espacio para reflejar esta realidad.

Ana Katz (1975) forma parte de una nueva corriente del Cine Argentino que tiene sus orígenes alrededor del año 1998 cuando se estrena «Pizza, Birra, Faso» de Israel Adrián Caetano y Bruno Stagnaro,, a la que seguirían éxitos de crítica como «Mundo Grúa» (1999) de Pablo Trapero o «El mismo amor, la misma lluvia» (1999) de Juan José Campanella, títulos que marcan un inicio que se profundizo con los años y continúa hasta la actualidad. Todas obras que traen aire fresco y donde la juventud de sus realizadores con sus formaciones en escuelas o universidades de Cine argentinas o extranjeras, define una nueva forma de acercamiento al fenómeno cinematográfico en un país anquilosado en ese aspecto, donde las excepciones de calidad eran una rareza y no una constante. Es un cine tan talentoso como desconocido fuera del ámbito de Buenos Aires, visible en pocas salas y desde hace unos años en canales de la televisión pública (Encuentro, INCAA) al que los gobiernos Kirchner dieron especial empuje. Cuando en 2001 se estrena «La Ciénaga» de la cineasta Lucrecia Martel, otra realidad se hace visible: las mujeres directoras comienzan a ser voces importantes en una cinematografía como la nuestra, donde solo muy pocas mujeres destacaron a lo largo de su historia. La primera fue Vlasta Lah (1918-1979) que tras ser asistente de dirección en varios films desde los años cincuenta, rueda dos únicos largometrajes: «Las Furias» (1960), hoy recuperado por la crítica y «Las Modelos» (1962). Maria Herminia Avellaneda, Clara Zapettini, Mercedes Frutos, Eva Landeck, Maria Luisa Bemberg, la mas famosa de todas hasta la irrupción de esta nueva camada de talentosas mujeres, son las otras directoras argentinas. Solo la última de las citadas fue dueña de una verdadera carrera cinematográfica,  interrumpida con su muerte en plena creatividad.

Ana Katz es también actriz y lleva realizados hasta el presente varios cortos y cuatro largometrajes estrenados en salas: «El juego de la silla» (2002), «Una novia errante» (2007), «Los Marziano» (2011) y «Mi amiga del parque» (2015). Para la televisión ha realizado » Al borde» (2016). Todos muestran a una creadora con una mirada muy personal que dibuja con enorme sensibilidad sus criaturas (es guionista de sus films), siempre en situaciones de conflictos reconocibles que le dan identidad propia y aportan su condición femenina a una cinematografía como la nuestra, que vive ya décadas únicas de continuidad en estrenos valiosos. Y muy poco vistos a causa del dominio exagerado de las cadenas de exhibición que solo ocasionalmente permiten que este «otro» cine hallé su publico mas allá de las grandes capitales nacionales. Un reto es descubrir este material disperso para poder disfrutar del talento de toda esta nueva realidad en el Cine.

«LOS MARZIANO» (2011) / Argentina / Dirección Ana Katz / Intérpretes Guillermo Francella, Arturo Puig, Rita Cortese, Mercedes Morán / Color / Hablada en castellano / Duración 1h 22 minutos.

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